4.1. Adecuando la casa al nuevo uso

Las casas históricas se idearon para satisfacer las necesidades de la vida de entonces. En La Vera, las casas son «como órganos», decía Juan, un historiador vecino de Garganta, cada espacio tiene un ambiente para cumplir una función. La casa verata está al servicio de la intensa labor agrícola: zaguanes, bodegas, bodegones, cuadras, camaretas, alcobas, cocinas, sequeros, solanas, y un sinfín de detalles que facilitaban una vida dedicada a la gestión de sus recursos. En los hogares se estaba ocioso (en cada tiempo, su labor). Si hacía frío se acercaban a la lumbre o se colocaban en las cuadras, al calor de la cama de paja. La mayor parte del tiempo, lo pasaban fuera, para dormir les bastaba una alcoba sin ventana.

2014 “PLAN NACIONAL DE ARQUITECTURA TRADICIONAL”

Hoy en día demandamos casas donde estar mucho tiempo y donde estar quietos. Esta diferente manera de vivir nos obliga a inventar una manera de adecuar el ambiente interior para estar a gusto. Las envolventes de la casa (fachada y cubierta), deben evolucionar para cumplir un nuevo confort interior.

Para ello, la modernidad ha propuesto multitud de soluciones, basadas sobre todo en el aislamiento y la hermeticidad, usando nuevos materiales, la mayoría de la industria petroquímica. Al cambiar el material, cambió la técnica (la manera de usarlo) y el sistema constructivo (la manera de concebir el edificio). En la actualidad, se aborda la presencia de humedad mediante mecanismos de impermeabilización total, cuando en la historia se ha garantizado la transpirabilidad y la ventilación. Otro ejemplo es la rigidez de las estructuras actuales comparada con la flexibilidad de las estructuras isostáticas históricas. Ya hay muchos estudios que demuestran que la calidad (y durabilidad) de la arquitectura que nos precede es sustancialmente mayor que la nueva que hemos inventado en el último siglo.

Por lo tanto para garantizar una continuidad de la arquitectura tradicional es necesario proponer soluciones con materiales tradicionales, propios del lugar, y sus técnicas asociadas, basadas en los oficios. Se considera interesante y necesario, incorporar otros materiales de la misma naturaleza (históricos), que se encuentren en un entorno cercano o que puedan producirse en la zona, y por lo tanto estén disponibles, importando técnicas que puedan ayudar a resolver los retos que tenemos en esta adecuación necesaria de las casas tradicionales al confort actual. Por ejemplo, el yeso es un ligante fundamental en la albañilería y los acabados, y necesario para algunas técnicas de rehabilitación con madera. Aunque el yeso no se usaba en las casa veratas, sí se usó en el Monasterio de Yuste para hacer trabadillos en los revestimientos. Es un ejemplo de innovación histórica. También se considera fundamental tener en cuenta los materiales y técnicas desarrollados por el movimiento ecológico de la Biocosntrucción, como puedan ser los aislamientos en base de corcho, fibras, etc, los BTC (Bloques de Tierra Compactada) como solución estructural o soluciones bioclimáticas avanzadas. El criterio de elección del material se basará sobre todo en que sea un material de cercanía, tenga bajo o nulo impacto en el medioambiente, consuma poca energía en su fabricación, su durabilidad esté garantizada y esté disponible en un contexto de crisis energética y matérica. Todos los materiales históricos veratos cumplen esta condición.

Usos

En el nuevo diseño hay que tener en cuenta la estructura de distribución inicial, y en lo posible adecuarse a ella. Esta estrategia ayudará a que la intervención sea sostenible económicamente en tanto que podrá aprovechar los materiales y disposición originales. A la hora de diseñar la vivienda, conviene analizar el ambiente diferenciado que tiene cada sala original (su soleamiento, grado de humedad, ventilación, amplitud, etc), y saber aprovecharlo y mejorarlo para distribuir los nuevos usos.

CASAS PARA LOS CAMPESINOS DEL SIGLO XXI:
Para las familias que mantengan su economía ligada al campo, las casas veratas son ideales en cuanto que ofrecen los distintos ambientes necesarios para gestionar la labor agrícola: conservan patios de entrada donde guardar los enseres del campo, bodegas donde guardar las cosechas (patatas, kiwis, vinos, conservas…), solanas donde secar y solear, habitaciones oscuras para seguir guardando. Incluso se podría conservar la cocina y el sequero, con su tejado a teja vana, para hacer la castaña pilonga, secar el maíz y el pimentón. Conservar un bajocubierta a teja vana ayudaría al confort interior, en los casos en los que la casa sea grande y se pueda renunciar a un uso habitacional del mismo.
En estos casos, las intervenciones serían sencillas, al ser conservada la mayor parte de la estructura original de la casa, siendo necesaria la adecuación de otra parte para el uso de vivienda al modo actual (dormitorios, cocinas, salones, baños, etc).

  • EJEMPLOS DE CASAS ANTIGUAS EN USO AGRÍCOLA
  • EJEMPLO DE REHABILITACIÓN CON USO RESIDENCIAL Y AGRÍCOLA)
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CASAS PARA VIVIR HOY:
En el resto de casos, que son ya la mayoría, en los que los habitantes no se dedican a la labor campesina o no necesitan la casa para tal fin, se necesitaría una rehabilitación integral para acondicionar todas las estancias al confort demandado en la actualidad. Es importante señalar, que en el nuevo diseño hay que tener en cuenta la estructura de distribución inicial, y en lo posible adecuarse a ella. Esta estrategia ayudará a que la intervención sea sostenible económicamente en tanto que podrá aprovechar los materiales y disposición originales.

Ventilación

La ventaja de la casa histórica residía en la valiosa corriente de aire permanente, facilitada por el contraste de las bodegas con el bajocubierta, la teja vana y las aperturas por todas partes. Esta corriente ayudaba a mantener la casa saludable, conservaba los alimentos, permitía que vivieran animales… En las puertas había gateras para que los ratones no rondaran. Estas casas se ensuciaban y se llenaba de bichitos (hay muchos insectos en La exhuberante Vera), así que en primavera se vaciaba, se soleaban los trastos, y se limpiaba y pintaba, con barro y con cal.

En la actualidad necesitamos que la casa sea hermética al aire en las estancias vivideras. No debe ser un hermetismo total, sino un control de las corrientes, cerrando los huecos en los paramentos: rellenos y revestimientos.

Esta labor de albañilería debe hacerse con los materiales adecuados (y compatibles con los existentes), que permitan la transpiración de los muros (el paso del vapor de agua), entre otras exigencias.

La renovación del aire interior se produce por las ventanas, al abrirse diariamente. Además, existirá una lenta renovación permanente si se mantienen las carpinterías históricas imperfectas, que favorecen con sus rendijas una pequeña ventilación.

El aire calefactado del invierno, también se ventila. Hemos de comprender que la renovación de aire es un requisito para mantener la salubridad del ambiente. Para evitar pérdidas de calor, se recomiendan sistemas de calefacción basados en la radiación (estufas de inercia térmica), aprovechando así la capacidad de almacenar calor de las paredes (de tierra, cal/yeso), y por tanto su inercia térmica. De esta manera, la renovación de aire no supone una pérdida importante, ya que el calor no se guarda en el aire si no en los muros.

VER EJEMPLO CON ESTUFA DE INERCIA EN CASA HISTÓRICA VERATA

Estufas de inercia. Eduardo Marquina.
Dibujo esquemático de la relación de la ventilación, la transpiración y la humedad natural del terreno. Esta última se retiene en las partes bajas siempre que sea posible una capa de árido (cacheado con aristas), que impida la subida de agua por capilaridad. Los morteros serán airentes, favoreciendo el paso de humedad (transpirables), y resistiendo en condiciones de humedad (hidráulicos). La humedad extraida por estos morteros para al ambiente, que debe ventilarse. Este mecanismo evita que el agua suba por los muros.

Distribución y alturas

La casa verata está muy compartimentada, «sin complejos», organizada como un gran armario en el que se va haciendo hueco a todo.
En la actualidad queremos salones, espacios amplios, estancias todas iluminadas y con alturas adecuadas. Es necesario intervenir en las armaduras de entramado de madera para propiciar esta apertura espacial y luminosa. Para ello es necesario comprender el equilibrio del edificio, y saber compensar las nuevas cargas.

Escaleras

Las escaleras son muy empinadas e irregulares. Para que sean más cómodas y seguras, es necesario:

  • rehacer el peldañeado (hacerlo todo igual, horizontal y sin rebaladicidad),
  • rehacer las estructuras para alargar el tiro en lo posible (según lo que la lógica constructiva y de distribución indique).
  • instalar pasamanos y barandillas, asientos en descansillos (para compensar el exceso de inclinación.
  • contrastes de color (para mejorar la visión).

Las nuevas escaleras pueden ser de madera, igual que las de siempre, pudiendo usarse madera de derribo.
Para abaratar costes pueden valorarse escaleras de bóveda tabicada. No son propias de la zona, pero son técnicas excelentes que usan materiales compatibles con esta arquitectura (ladrillo y yeso).

Ventanas

Antes se ponían pocas ventanas y en origen no tenían cristales. Necesitamos más iluminación, lo que puede realizarse técnicamente interviniendo en el entrado, que permite la sustitución de piezas por tramos.
Las ventanas se ponían al exterior, protegidas de la lluvia y el sol por los grandes aleros, sin piezas que hicieran de goterón. Ocasionalmente, en fachadas muy expuestas se puede ver un sombrerete de madera. Puede continuarse con las mismas técnicas.

Aislamientos

La construcción moderna ofrece soluciones basadas en grandes capas de material aislante. A menudo, este aislamiento se combina con capas de impermeabilización intranspirables. Esto produce un efecto contradictorio: la capa impermeable impide que se disipe el vapor de agua de la estancia, además en el caso de ondulines y de cementos, absorben mucho calor. De esta manera, estamos acumulando un calor extra del que debemos después aislarnos.

Especialmente en casas antiguas, las paredes deben todas transpirar, en mayor o en menor medida. Solo en baños y cocinas, mínimamente, y en lugares donde haya salpicadura directa de agua, se impide la transpiración, haciendo un revestimiento impermeable (alicatado, estucos, morteros hidráulicos).

En el clima verato las noches del verano son frescas, y el inverno regala muchos días de sol. Un sistema que tenga la inercia térmica suficiente como para aprovechar esas treguas climáticas podría ser la solución más cercana al criterio tradicional, ya que sería la tierra el material fundamental.

Para usar otros sistemas basados en una capa aislante, como se comprende en la actualidad, se puede hacer uso de paja, placas y virutas de corcho, de lana, de cáñamo, fibras de madera, y otros materiales naturales que introducen aire ocluido en el paramento. Es necesario hacer más estudios para asegurar soluciones óptimas.

Ver INVESTIGACIÓN Y ENSAYO

Cubiertas

Si puede renunciarse a la planta bajocubierta como uso vividero (usarlo de desván), entonces se puede mantener la teja vana como sistema ventilado. En este caso, se aislaría el suelo del bajocubierta (por ejemplo, con una solera de tierra y paja), para evitar pérdidas desde la vivienda en las plantas inferiores. Esta solución es muy barata y óptima bioclimáticamente, aunque requiere de un mantenimiento. Las tejas se recolocan desde el interior con un palo y mucha maña. En casos más graves, se desmontan las tejas y vuelven a montarse.

En el resto de casos en los que se necesita hacer un uso habitacional del bajocubierta, es necesario diseñar un nuevo sistema constructivo para garantizar el confort interior. Para ello hay que elegir sistemas que mantengan una ventilación del tejado y la transpiración del interior. Se proponen soluciones de cobertura con solera de tierra y cal. (VER SISTEMA CONSTRUCTIVO CUBIERTAS).


Se pueden instalar chimeneas negras de ventilación (que extraen el aire caliente del interior), así como ventanucos de ventilación en las partes más altas.

Solanas

Las solanas son terrazas cubiertas, que se recomienda conservar, ya que brindan un espacio donde solear, ventilar, secar, guardar. Además, amortiguan la temperatura interior (en 4º, según Beatriz MOntalbán).

En las casas donde no haya solana, se recomienda, construir una.

No se recomienda hacer terrazas porque las fuertes lluvias obligarían a una impermeabilización total del suelo, lo que no favorece ni el acondicionamiento interior, ni la conservación de la madera (por posibles pérdidas). Además, el fuerte sol del verano las haría inutilizables en ese periodo.
Para ejecutar terrazas con material histórico, sería necesaria una solera y por lo menos tres capas de baldosa contrapeada cogida con mortero de cal, además de un tiempo de varios meses sin utilizarla para la correcta carbonatación de la cal. Este alto coste hace pensar que es más conveniente mantener el espacio exterior histórico, la solana, con su cubierta, que en este caso podría no estar aislada.

Patios, cuadras y bodegas

Se recomienda mantener la cota inferior de los patios de entrada, como mecanismo de retención del aire fresco de las bodegas. Se recomienda mantener las estancias subterráneas, como mecanismo de regulación de la bioclimática de la casa. Estas estancias mantienen temperatura estable todo el año, lo que favorece el frescor en verano y la templanza en invierno.

Antes, excavaban el suelo para usar esa tierra para construirse la casa. Y les salieron esas bodegas. Ahora, llenamos las bodegas para desescombrar las casas. Curioso el contraste

Juan, un vecino de Garganta


Para intervenir en los suelos y arranques de muro se recomienda ver SISTEMAS COSNTRUCTIVOS: CONTACTO CON TERRERO.

El uso del patio/zagúan de entrada debe mantenerse como lugar de recibir, de guardar, y de estar ocasionalmente, en los veranos, aprovechando su frescor. No debe usarse para estancias que necesiten un confort todo el año, ya que la puerta a la calle lo hace vulnerable a corrientes frías en los inviernos, y el espacio, en contacto con el terreno, debe estar frecuentemente ventilado por la humedad natural y la emanación del gas radón.

Acabados

Al gusto de los habitantes puede realizarse con técnicas y materiales de siempre. Se recomiendan revisar la estética original de cada casa. En general, tienen composiciones muy modernas y una variedad de colores interesante.

realizar una pintura de barro amarilla, que no manche y que no tenga un mantenimiento anual.
hacer paredes lavables con estucos de cal,
pintar las ventanas, con pinturas naturales hechas con pigmentos minerales de la zona.
acabados resistentes que permitan colgar cuadros

Instalaciones

Fontanería y saneamiento deben diseñarse de tal manera que no afecten a la durabilidad de la maderas.


BAÑO-DAÑO: En casas antiguas, las maderas de baños y cocinas están siempre afectadas.

Enrique Nuere advierte del dicho.

Mantenimiento

El mantenimiento anual era una fiesta y un hábito saludable. Pero no es necesario realizarlo con tanta frecuencia con las técnicas propuestas.


Un encalado puede durar muchos años. Para desinfectar, puede usarse agua de cal. un suelo de baldosa se mantiene con aceite de vez en cuando. Las maderas al exterior conviene pintarlas casa 10 años.

MANTENIMIENTO DE LAS CASAS VERATAS 2.0

Con todo, es conveniente resaltar que encalar y embarrar frecuentemente mejoran la calidad del aire y la higiene general de la casa.

¿Por qué nadie encala con cal? Si las bajeras te pones y en una mañana las tienes hechas.

Antonio Gandano. Ver video

SOBRE EL GAS RADÓN

Es necesario hacer estudios del comportamiento del radón en casas hechas íntegramente con materiales históricos y paramentos transpirables.