3.3. En un escenario de emergencia


2015. GRAFORISMOS. Miguel Sobrino (cantero y dibujante)

A nuestra generación le ha tocado vivir una crisis medioambiental sin precedentes. Todos los científicos coinciden en señalar el cambio climático como irreversible, y en alertar del futuro del planeta.
Aunque la lista de problemas derivados del cambio climático es prácticamente inabarcable, queremos destacar algunas consecuencias directas que ya afectan a nuestro país y que guardan relación con la arquitectura.  

  • El verano de 2022 es el más fresco de los que nos quede de vida (Fernando Valladares), aún siendo el más caluroso desde que hay registros.
  • Periodos de sequía cada vez más amplios: los embalses del país están por debajo del 40%.
  • El 75% de, suelo de la península está en proceso de desertización, especialmente grave en el sur.
  • Pérdida de suelo fértil de forma irreversible, lo que ha generado una crisis en la agricultura tradicional y, por lo tanto, un abandono de población del medio rural.
  • Éxodo rural, agravado a partir de los años 50, ha sido paulatino lo largo del s. XX, pasando de un 25% del total de la población que residía en zonas urbanas en 1900, a un 80% en 2018. Se estima que en 2050 [según las proyecciones de la División de Población de las Naciones Unidas Naciones Unidas (ONU)], el total será de un 88%, y que un tercio de ese total estará repartido entre Madrid y Barcelona.

Pero…¿y qué relación tiene con la arquitectura convencional?

  • La construcción moderna es uno de los principales consumidores globales de recursos, utilizando un 45 % de la energía mundial y un 40% del agua[The Worldwatch Institute: La situación del mundo 2016. Ciudades sostenibles. Del sueño a la acción.].
  • Los edificios producen un 40% de las emisiones CO2
  • Los edificios consumen un 13% de agua
  • La climatización supone un 7 % emisiones y se estima que en 2050 se multiplicará por 4. 
  • La industria de los materiales de construcción para edificios suponen un 11% de emisiones mundiales de gases efecto invernadero.

ADEMÁS: Cemento, el material más contaminante del mundo

La insostenibilidad de la construcción es relativamente reciente si miramos la historia de la arquitectura. Surge a partir de los procesos de industrialización, con los que se generaliza el empleo de materiales modernos que se alejan de la naturaleza.  Uno de esos materiales, que va a tener una influencia fundamental en el crecimiento de las ciudades y en la homogenización de la arquitectura contemporánea es el cemento  Portland.  Sin duda, es el material más representativo de la cultura del s. XX.

A lo largo de su historia, sin embargo, se han obviado los impactos en el entorno que su utilización lleva aparejada. Algunos autores lo denominan como «el material más destructivo del mundo» [ Publicación de eldiario.es y The guardian], pues requiere enormes niveles de energía en su proceso de producción, su transformación, la puesta en obra y finalmente, su vida útil. 

  • El hormigón de cemento utiliza un 10 % del agua industrial: el 75% del consumo de agua se da en regiones en sequía o con estrés hídrico, lo que agrava los problemas relacionados con el cambio climático.
  • Consume enormes cantidades de arena: este material es el segundo material más consumido del mundo: su consumo asciende a unos cincuenta mil millones de toneladas cada año. Su extracción está causando agotamiento de los acuíferos y hasta un mercado ilegal de extracción de arena de playas que ha provocado la desaparición total de este material en algunas de ellas. El consumo de arena, en algunos ejemplos: en una vivienda de tamaño medio, se necesitan 200 toneladas de arena. En 1 km de autopista son 30.000 toneladas de arena.
  • Para la producción del cemento es necesario alcanzar temperaturas de 1400ºC, con las fuertes emisiones de CO2 que su producción lleva asociadas. 
  • Es responsable del 8% del CO2 mundial; sólo el carbón, el petróleo y el gas son fuente más grande de gases de efecto invernadero. Se estima que en 2050 se multiplicará x 3 .

Para colmo, crisis de suministros.

Estamos en una crisis histórica, con un tiempo de enorme inestabilidad, no sólo por las consecuencias de la guerra. Hemos sufrido una crisis de suministro que paralizó media Europa, con una subida del combustible como nunca antes (esto no es casual, alcanzamos el peak oil en 2007).

El transporte de materiales cada vez es más caro, empieza a escasear la energía. El invierno será muy duro, anuncian, en términos energéticos. La guerra no termina. El clima se resiente. Los recursos se agotan.

Se redacta el presente documento en agosto de 2022, dentro de este contexto de incertidumbre, teniendo en cuenta un posible escenario de carencias de materiales y energías industriales. (Ver Antonio Turiel, científico del CSIC, abril 2021)

Por todo ello, ¿porqué recuperar la arquitectura tradicional?

Porque entre otras cosas, cumple los Objetivos de desarrollo sostenible.