1995 ARQUITECTURA RURAL DOMÉSTICA DE LA COMARCA DE LAS VILLUERCAS

1995 ARQUITECTURA RURAL DOMÉSTICA DE LA COMARCA DE LAS VILLUERCAS
Maria Ángeles Ávila Macías

CIMENTACIÓN
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Al mirar cualquier construcción, lo primero que distinguimos es el
material del que está hecha y después la disposición que adopta en el
muro. De lo último que nos damos cuenta es de la cimentación que presenta
y es, paradójicamente, el primer paso que se da en cualquier obra.
De unos buenos o malos cimientos va a depender la solidez de la fábrica,
pues ésta estriba directamente sobre ellos, por lo que tienen que cumplir
unas mínimas condiciones: tener un grosor suficiente para soportar las
cargas (que a su vez deben estar bien repartidas) y ser impermeables para evitar hundimientos o desplazamientos de las paredes por la presencia de
humedades.

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EL CASO DE GUADALUPE
PAG_257?

(…) En la casa entramada, la planta baja se construye en piedra, dispuesta en mampostería tosca, lucida con arena y encalada con cal morena; con unos muros de entre 50 a 70 cm. de espesor, cimentados sobre la misma roca y coronados hasta el techo. Es muy importante que la fábrica esté bien consolidada, pues de lo contrario toda la parte superior corre el peligro de desplomarse. El resto de las plantas se construyen con entramados, los cuales tan solo necesitan madera y adobe. Aunque son varios los tipos que se pueden consignar a nivel general (de interiores, de fachada principal, de fachada lateral, de soportal y de soportal de cierre frontal156), en la casa guadalupeña sólo se emplean el de fachada principal y los que hacen referencia a los soportales.
Esta manera de construir presenta una serie de ventajas con respecto
a las formas serranas: en primer lugar, hay una regulación de la temperatura y de la humedad, pues la tierra permite el paso del calor al interior y absorbe la humedad ambiental, acumulándola en las paredes (aunque esto a su vez sea un inconveniente); en segundo lugar, es un gran aislante térmico y fónico, pero no así acústico, ya que transmite muy mal las vibraciones interiores, pero deja pasar las exteriores; en tercer lugar, y debido al escaso peso de los materiales y su manejabilidad, se pueden levantar varios pisos sin que por ello se ponga en peligro la estabilidad de la vivienda y, por último, deja abrir huecos con mucha facilidad,
tanto en su construcción como después, lo cual significa una ventaja
comparativa al dejar de ser la casa un ente cerrado (concluido, hermético, casi sin posibilidades de crecimiento si no es derribando parte de la estructura inicial) y transformarse en otro abierto y siempre dispuesto a cambios puntuales.

Pero también tienen serios inconvenientes que es preciso comentar, como es la facilidad de agrietarse o resquebrajarse si no están perfectamente estudiadas las cargas y apuntaladas las vigas; la
facilidad con la que se dilatan y contraen las paredes resulta un inconveniente si no se cuajan bien las paredes; y por último, que son más propensas a las humedades si los materiales no están bien tratados. (…)