Revista El Pregón de Garganta

https://eticat2022.files.wordpress.com/2022/08/pregon-de-garganta-n7-digital.pdf

VER Y DESCARGAR TODAS LAS REVISTAS EN LA PÁGINA DEL AYUNTAMIENTO:

De este número se extraen tres artículos:

pag. 22. LA DIFÍCIL SITUACIÓN DEL ACCESO A VIVIENDA EN GARGANTA LA OLLA. Miguel Berbel, vecino


Hay gente que se marcha de este pueblo y uno de los motivos es la dificultad para encontrar casa, ya sea para alquilar o para comprar, y siendo la despoblación rural una problemática gravísima este tema
merece una mirada preocupante para las personas que habitamos el pueblo.
Los pueblos llevan enviando gente a las ciudades casi un siglo en España, vaciándose de actividad agrícola y ganadera, de cultura campesina, de economía, de tradiciones, en definitiva vaciándose de vida.
El extremo son pueblos abandonados, de lo que existen muchos ejemplos en nuestra geografía, y puntos intermedios hay muchos y pasan por el éxodo, envejecimiento, cierre de escuelas, comercios, servicios y esa pescadilla que se muerde la cola despidiendo juventud. Podríamos profundizar en este proceso y sus causas diversas pero nos centraremos en algo concreto como la clave del acceso a la vivienda y su impacto actual.
Muchos sabemos que varias parejas garganteñas jóvenes con hijos, queriendo seguir en su pueblo, han acabado yéndose a otros pueblos o ciudades por no encontrar vivienda adecuada o a precio razonable.
Esto mismo le ha pasado a algún jubilado que ha querido retornar a su pueblo y a bastantes nuevos pobladores, con niños y sin ellos, que han acabado o desistiendo o yéndose a tan sólo unos kilómetros porque ya por ejemplo en Jaraíz los precios de venta no tienen nada que ver con la locura garganteña. Esta tendencia va a ir a más, y si no lo cambiamos nuestro censo seguirá descendiendo y la edad media aumentando; casi desaparecerán los nacimientos en el pueblo y el colegio irá viendo comprometida su continuidad…
aunque eso sí, quizá vaya aumentando la proporción de casas para veraneo, de segunda residencia o para personas adineradas que puedan permitirse precios tan altos.
Como el nivel estatal y sus políticas se nos escapan, y de hecho son las que vienen expulsando gente del medio rural décadas a pesar de que luego las complementen con discursos de grandes intenciones,
vamos a aterrizar en ideas que podamos poner a andar desde aquí. Hay más de cien casas vacías en el pueblo, especialmente en el casco antiguo y lamentablemente unas cuantas en estado ruinoso, incluso peligroso. A parte hay casi otras tantas que se ocupan tan sólo unos días o semanas al año al venir sus dueños de visita. Así que a parte de meternos con los políticos, con la modernidad, con la economía y demás, vamos a meternos con nosotros mismos, con los habitantes de este pueblo porque también somos responsables de que se vacíe si no cedemos en pretensiones de precios, si no facilitamos acuerdos familiares en caso de herencias, si no superamos desconfianzas quizá erróneas hacia quienes llegan de fuera. Podríamos hablar del bien común -hay vecinos que sí lo contemplan- frente al bien particular -cada cual puede poner el precio de venta o el alquiler que quiera – y cómo a veces por mirar tanto el segundo nos podemos dar un tiro en el pie.
Aquí van propuestas en varios sentidos con la intención de animar a que surjan más ideas, que seguro que las hay; probablemente ninguna de estas ideas sea original porque circulan desde hace tiempo por
aquí y por allá, el único mérito es reunirlas y publicarlas.

a) Propuestas para el ayuntamiento:

  • Ofrecer un servicio de mediación tanto para la
    compra-venta de casas como para el alquiler, facilitar
    el contacto entre particulares. Igualmente para
    solares.
  • Hacer un censo de casas ruinosas con riesgo
    de desprendimiento o hundimiento y apremiar, informando
    de las posibles consecuencias legales de
    daños tanto a viandantes como a viviendas colindantes.
  • Exponer en la Mancomunidad y en Patrimonio
    un Plan Municipal de Reforma para el Casco Antiguo
    describiendo la problemática y buscando complicidad
    y cooperación en la búsqueda de soluciones
    así como flexibilización de algunos requisitos
    tan difíciles y costosos a veces de cumplir para los
    particulares. Sabemos que el arquitecto municipal
    está a tope, ahí va más trabajo pero quizá merece
    la pena, o quizá hay que contratar a alguien temporalmente
    para estos menesteres. En Valverde de la
    Vera tenemos un referente interesante en este sentido.
  • Dinamizar la posible promoción de vivienda social
    en los terrenos municipales por debajo de la piscina
    municipal. Especialmente destinada a las parejas
    jóvenes del pueblo. De hecho hubo en el 2020-21
    un intento de organizarse en cooperativa por parte
    de varias parejas, conversaciones con el alcalde, etc.
    pero no está habiendo avance y nos tememos que
    empiecen a mudarse a Cuacos, a Jaraíz…
  • En caso de que el polígono industrial se llevase
    a cabo y presumiblemente la cooperativa se mudase
    a él, trabajar para poder darle uso residencial a
    todos esos metros cuadrados de suelo urbano.

b) Propuestas para las personas propietarias
de casas vacías:

  • En caso de ruina o deterioro grave se podría animar
    a las personas dueñas de estas casas a ceder
    o vender por un precio simbólico porque sólo con
    hacerse cargo de una reforma estructural ya se está
    arriesgando el comprador a una inversión elevada,
    cada vez más. Por otra parte, cuanto más tiempo
    pase, más deterioro y más riesgo de accidentes con
    la responsabilidad que conlleva.
  • En caso de casas en un punto intermedio, es
    decir, con riesgo de goteras, humedades, sin reformas,
    sin chimenea o estufa… hay varios casos en el
    pueblo en los que hay un alquiler simbólico o ni siquiera,
    a cambio de habitarla, mantenerla e ir haciendo
    pequeñas mejoras. El coste de las mejoras
    en algunos casos los asume la propiedad, en otras
    la persona que la usa, a medias…
  • En caso de casas habitables a las que sólo se les
    da uso una semana o un mes al año – típicamente
    Semana Santa o verano- hay una fórmula posible
    de alquiler con derecho a uso esas semanas o fines
    de semana, de manera que quien alquila y habita la
    casa durante casi todo el año tiene en cuenta que la
    dejará libre cuando se estipule. Facilitaría esta opción
    la mediación de alguna persona de confianza
    para ambas partes y por supuesto la firma de un
    contrato detallando los compromisos temporales a
    lo largo del año.
  • Es difícil proponer precios de referencia que
    nos parezcan razonables, porque hay muchas variables
    a tener en cuenta como por ejemplo en caso
    de valorar una finca agrícola. Pero queremos señalar
    como desorbitados precios de 80.000 o 100.000
    euros por casas ruinosas, que los hay. En el mundo
    de la propiedad privada está claro que puedes pedir
    lo que quieras, salvo cuando sucede una expropiación
    por el interés general. Ojalá no se llegue a esos
    extremos.

pag. 14. CAMBIAR LA MIRADA: RURALIZAR LA SOCIEDAD.
José Luis Ybot


A lo largo de la historia, la humanidad se ha visto ya en momentos en los que la vuelta al campo ha sido inevitable: a los procesos de urbanización asociados a la creación y expansión de los imperios, han seguido
otras, asociadas al declive o derrumbe de los mismos, en los que las ciudades se han abandonado por insostenibles, y la población ha vuelto a basar sus medios de vida en los propios del medio rural: la agricultura
y la ganadería.
El caso del Imperio romano es paradigmático: al auge comercial y urbano vivido durante los siglos de su expansión siguen otros tantos siglos en los que la principal fuente de riqueza vuelve a estar en el campo, en el medio rural.
En los casos históricos de colapso civilizatorio, los límites al crecimiento causaron hundimientos de imperios que se creían eternos y omnipotentes, y estuvieron muy relacionados con factores materiales (ya
fuera la falta de esclavos por la disminución de los territorios conquistados, la falta de estaño para fundir
el bronce o la extensión de pandemias o pestes), factores que disminuyeron la capacidad de control por parte del sistema para mantener las estructuras que los habían sostenido en pie.
Al igual que entonces, nos encontramos ahora frente a los límites que nos impone nuestra existencia material, con la gran diferencia de que lo estamos viendo venir, y no tenemos ya dioses en los que proyectar
nuestra responsabilidad por haber llegado hasta aquí: 50 años de profecías son ya más que suficientes, y como Cassandra nos duele que algo que llevamos años advirtiendo acabe por mostrarse multiplicado
por nuestro insensato desarrollo de estas últimas décadas. No sabemos cómo saldremos de esta, pero sabemos que, inevitablemente, tendremos que volver una vez más a lo rural, al campo como única fuente posible de alimentos y soporte material: las ciudades, sin el flujo energético concentrado de los combustibles fósiles, no van a poder ser sostenibles si no cambian radicalmente, al igual que nuestros estilos de
vida.
Y por ahí llegamos al punto central de este artículo: si estamos abocados inevitablemente a la ruralización, podemos empezar a practicarla en nuestro día a día, empezando a poner en cuestión esa mirada
urbana que, vayamos a donde vayamos, ha ido calando más y más en todas nosotras, hasta el punto que nos parece imposible vivir de otra manera: veamos cómo.

  1. Las ciudades deben ser ruralizadas: sustituyendo jardines por huertos, reduciendo al mínimo el tránsito de vehículos, aumentando los desplazamientos a pie, en bicicleta y en transporte público,
    reduciendo los mismos al potenciar modelos de cercanía entre viviendas y centros de trabajo y de suministro, reduciendo el consumo energético, de agua y de otros materiales, potenciando la cooperación (una de las claves de supervivencia rural ha sido siempre la existencia de comunidades que repartían y compartían tareas, alimentos, herramientas, cuidados…). De forma natural, este movimiento irá trayendo asociadas formas de vivir más humanas,
    más conectadas, no por las redes sociales, sino por redes de proximidad y apoyo, indispensables para el “bien vivir” .
  2. El medio rural, visto desde la óptica urbana
    colonizadora, se ha convertido en apéndice de la
    ciudad, único espacio concebible para la vida moderna.
    Así termina siendo el lugar para el ocio y el
    pintoresquismo, el turismo rural y las segundas residencias,
    así como el territorio colonizado en el que
    se sitúan aquellas infraestructuras que sostienen la
    vida en las ciudades (ya sean plantaciones de nabos
    o de paneles solares, macrogranjas, minas a cielo
    abierto, pantanos o inmensos parques eólicos), y
    su población supeditada a estas lógicas impuestas
    desde fuera.


Tanto la población del campo como la que vive en las ciudades necesitamos cambiar la mirada de lo grande a lo pequeño, de lo lejano a lo próximo, de nuestros deseos a nuestras posibilidades. “Lo pequeño es hermoso” es el título de un libro fundamental para el movimiento ecologista.
Este libro defiende un modelo de vida que pone el acento en lo cercano, lo pequeño, lo accesible (es decir, lo verdaderamente humano) frente al modelo defendido siempre por el capital de “vivir a lo grande”.
Y esta mirada que potencia lo pequeño pensamos que es clave para articular salidas a la actual crisis civilizatoria.


Inevitablemente, después del más que probable colapso al que nos enfrentamos (llegue este en la forma de una nueva pandemia más mortífera, de una crisis energética o de un agravamiento brusco del
cambio climático, situaciones todas con las que nos podemos encontrar a la vuelta de pocos años o incluso meses), tendremos que vivir de una forma enormemente más austera en sentido material, austeridad que si no va acompañada del aumento de la cooperación y de que compartamos la riqueza, irá asociada a un aumento (aún mayor!) de las desigualdades, y con ellas, de la inseguridad y de la violencia.


En efecto, frente a los modelos basados en lo “macro”, necesitados siempre de un grado de complejidad que los convierte en extremadamente dependientes e insostenibles, lo “micro” pertenece a la esfera de lo accesible, a lo manejable por pequeños grupos humanos, es menos consumidor de energía y de insumos, e infinitamente más resiliente. Y lo rural, alejado de los tópicos que el capital ha volcado sobre este concepto, es el mundo de lo pequeño, el medio en el que esta idea se convierte en realidad naturalmente posible.


Es por ello que pensamos que el desarrollo rural que necesitamos tiene que ver menos con autovías que con transporte público, menos con grandes hospitales y más con pequeños centros de salud, menos
con la medicina tecnológica y más con la medicina preventiva, menos con las macrogranjas y más con pequeñas cooperativas y proyectos, menos con la implantación de nuevas tecnologías como el 5G y más
con el aprovechamiento de la red que ya tenemos, menos con los grandes parques energéticos y más con opciones de producción y distribución a pequeña escala.


Esta nueva mirada (rural pero no exclusiva del medio rural, como ya hemos visto) tiene por delante una difícil tarea: desmontar varios siglos de mensajes peyorativos sobre el campesinado (paleto), la población
indígena (inculta, ignorante), la mujer (débil), la infancia (necesitada de control, de represión), los otros (amenazantes, invasores, prescindibles), el trabajo (sufrimiento), la propiedad (individual), la responsabilidad
(siempre del otro), la política (ajena y exclusiva), la naturaleza (algo a someter)… Ruralizar la sociedad no va a ser evitable, pero si lo empezamos a poner en práctica iremos potenciando aquellas virtudes y esquemas que mejor nos pueden acompañar en la inevitable transición global a la que estamos abocados: después de siglos de urbanización toca irla desmontando, en sus aspectos más insostenibles, sustituyéndola por la ruralización que nos ayude a recuperar el vínculo con lo natural, con la vida que nos ha generado, con el planeta que habitamos, con Gaia, de la que formamos parte.


En su novela “La lentitud”, Milan Kundera relaciona la lentitud con la memoria y la velocidad con el olvido. Nuestra civilización se ha embarcado en una renuncia a la memoria basada en una huida hacia adelante: huida de sí misma, huida de los límites que no por olvidarnos de ellos han dejado de estar ahí. Por desgracia, aunque la lentitud habría sido la mejor manera de abordar el problema en el que estamos metidos,
ya no es posible. Los 50 años que han transcurrido desde la publicación de los límites al crecimiento no han pasado en balde, y ya no disponemos de tiempo para tomárnoslo con calma. El informe “Por el ojo de una aguja” de Seiber y Rees es muy claro al respecto: ninguno de los planes de transición que se contemplan se sostiene, no hay posibilidad de hacer ninguna transición desde este modelo de crecimiento contínuo. Queda por ver si somos lo suficientemente “sapiens” para hacer un cambio de sistema ordenado o caeremos en el “sálvese quien pueda”.


  1. https://es.wikipedia.org/wiki/Suma_Qama%C3%B1a
  2. Lo pequeño es hermoso: Economía como si la gente importara (título original: Small Is Beautiful: A Study Of Economics As If People Mattered) es una colección de ensayos del economista alemán E. F. Schumacher. La frase “Small Is Beautiful” vino de una frase de su maestro Leopold Kohr. A menudo se la utiliza para defender lo pequeño, tecnologías apropiadas, entendiendo que así se faculta mejor a las personas, y en contraste con frases como “cuanto más grande mejor”. Publicado por primera vez en 1973, Small is beautiful de Schumacher compartió críticas de la economía occidental con un público más amplio durante la Crisis del petróleo de 1973 y la aparición del proceso de globalización. The Times Literary Supplement de Londres (GB) clasificó Small is beautiful entre los 100 libros más influyentes publicados desde la Segunda Guerra Mundial. Una segunda edición, con sus comentarios, fue publicada en 1999. (fuente: Wikipedia).
  3. La conclusión del informe de 1972 fue la siguiente: si el actual incremento de la población mundial, la industrialización, la contaminación, la producción de alimentos y la explotación de los recursos naturales se mantiene sin variación, alcanzará los límites absolutos de crecimiento en la Tierra durante los próximos cien años.
  4. https://www.15-15-15.org/webzine/descargas-gratuitas/

pag. 8. REHABILITAR, REHABITAR, REPOBLAR
Antonio Rosa Plaza


Garganta la Olla igual que otros muchos pueblos extremeños, vive una situación paradójica: tiene un número importante de viviendas vacías, mientras que quienes quieren asentarse en la localidad tienen
dificultad para encontrar una vivienda para alquilar.
La explicación a esta situación es compleja y su solución complicada; mientras se encuentran, la población de Garganta la Olla continúa disminuyendo, como muestra la siguiente gráfica que refleja la evolución
de la población desde el año 2000

Esta disminución es consecuencia fundamentalmente del crecimiento vegetativo de la población (Nacimientos/ defunciones), negativo desde el año 2000, con 10 fallecimientos más que nacimientos en el
último año, como muestra el gráfico siguiente:

Y ello a pesar de que el número de habitantes de Garganta la Olla nacidos en el resto de España (10,82%) o en el extranjero (3,57%) viene aumentando regularmente. La población garganteña no solo disminuye, sino que envejece. La media de edad de los habitantes de Garganta la Olla es de 50,91 años, 2,45 años más que hace un lustro que era de 48,46 años. La pirámide de población que refleja el gráfico siguiente muestra este fenómeno


La población menor de 18 años en Garganta la Olla es de 85 (45 H, 40 M ), el 9,2%. La población entre 18 y 65 años en Garganta la Olla es de 589 (327 H, 262 M ), el 63,7%. La población mayor de 65 años en Garganta
la Olla es de 250 (119 H, 131 M ), el 27,1%. Con este panorama, repoblar, facilitar la venida de población que quiera instalarse en la localidad, parece que está fuera de dudas que es una de las soluciones al fenómeno del despoblamiento, del envejecimiento, en Garganta
la Olla y en todo el mundo rural, en la España vaciada en definitiva.
Pero para ello, hace falta que los nuevos pobladores, también los retornados y los jóvenes que no quieran marcharse, tengan facilidades
para encontrar una vivienda en la que desarrollar su proyecto de vida. Rehabilitar viviendas vacías y ponerlas en el mercado de alquiler se
muestra como una de las posibles soluciones, aunque para ello también resulta necesario cambiar la mentalidad de quienes detentan la propiedad de esas viviendas que, hasta ahora, prefieren mantener en mal estado y cerradas.

No solo hace falta este cambio de mentalidad; hacen falta también ayudas a la rehabilitación, facilidades para la tramitación de licencias y permisos, e incentivos para el alquiler. Hace unos meses, en agosto de 2021, la Junta de Extremadura puso en marcha en varias localidades
extremeñas (Alconchel, Casar de Cáceres, Garrovillas de Alconétar, Guareña, Madroñera y Olivenza) un proyecto piloto con el que pretendía incrementar la oferta de alquiler asequible, con la recuperación de
viviendas vacías, mediante una rehabilitación integral y energética de las mismas.
El programa, denominado Rehabita Extremadura, contempla la cesión del usufructo de las viviendas a la Junta de Extremadura, durante un periodo de tiempo a cambio de que la Administración Autonómica
la rehabilite y alquile. Las rentas generadas con el alquiler deberían sufragar los costes de la rehabilitación. Una vez amortizadas las obras, el propietario recupera el pleno uso de su vivienda que, sin esfuerzo, habría rehabilitado.
Los resultados de esta primera experiencia no han sido muy buenos; al hecho de que la convocatoria dirigida a propietarios de viviendas vacías de estas localidades se efectuase en agosto, con poco plazo y
poca difusión, se han unido los largos periodos de amortización de las obras, periodos en los que el propietario no podía hacer uso de su vivienda. Sin embargo, la experiencia es interesante y es de esperar que
la Junta de Extremadura corrija los errores, amplie el número de localidades destinatarias del proyecto, mejore las condiciones de financiación de las obras de rehabilitación y difunda ampliamente las bondades del proyecto.
¿Podría ser Garganta la Olla destinataria de una siguiente convocatoria? Depende, entre otras cosas, del impulso que desde el Ayuntamiento se quiera dar a la idea. Mientras, -para aquellos propietarios de viviendas vacías que quieran rehabilitarlas energéticamente,
mejorando su aislamiento exterior, aumentando la eficiencia de su consumo energético, generando su propia energía, renovable-, actualmente hay abiertas convocatorias de subvenciones a fondo perdido que pueden permitirles financiar parte de esas obras de rehabilitación.
En el Diario Oficial de Extremadura N.º 5 de 10 de enero de 2022 puede consultarse las características de las ayudas que gestiona Urvipexsa (www.urvipexsa.es) En definitiva, -y este es el fin principal de esta colaboración que me piden los editores de la revista-, resulta necesario analizar con espíritu crítico una situación que hay que revertir si queremos que el futuro de Garganta la Olla, que el futuro del mundo rural, cambie. La repoblación no es la panacea, pero si es una parte de las soluciones que resulta necesario poner en marcha en la España vaciada, y, para ello,
Rehabilitar para Rehabitar debe ser algo más que una idea.